martes, 17 de abril de 2012

2 X 1 = RESEÑA MÁS ENTREVISTA (2): NUEVOS MITOS NACIDOS AQUÍ GRACIAS A JOSÉ DOMINGO Y SU NADA CONVENCIONAL OFICINISTA

“AVENTURAS DE UN OFICINISTA JAPONÉS”
JOSÉ DOMINGO
BANG. EDICIONES
Lleva ya tiempo en boca de críticos, aficionados y compañeros autores de tebeos y por fin ha caído en nuestras manos una novela gráfica que es imposible pase desapercibida. En primer lugar por su gran formato y su portada, preludio insuperable de lo que nos espera en el interior. Una vez abierto el libro, desaparece el mundo conocido y entramos en un alarde de técnica y conocimiento de todo recurso y truco dentro del género de cómic. Pero todo ello está exclusivamente al servicio de una experiencia casi física, comparable a hacer un viaje en el mundo real o a la olvidada sensación de descubrimiento de algo verdaderamente nuevo, original y diferente cuando somos críos. Nominado a Mejor Obra de autor español en Ficomic 2012, creo que incluso a otros autores nominados no les extrañaría que José Domingo se hiciese con el Premio. Y es que su impresionante experimento de seguir al desafortunado pequeño oficinista es de lo mejorcito que puedes leer.
ENTREVISTA A JOSÉ DOMINGO
Para un proyecto tan poco convencional como es la propuesta innovadora y visual de "Aventuras...", ¿qué fue primero: creer ciegamente en lo acertado de tu idea y dibujarlo o proponer las páginas de la historia original a una editorial para publicarlo?
Pues un poco ambas cosas a un tiempo, es necesario confiar en tu trabajo para poder presentárselo a una editorial y que ellos confíen también en el potencial de la propuesta, aunque sean pocas páginas, pero no me planteé dibujarlo completamente antes de presentarlo para su publicación. 
Quise asegurarme de que fuese a salir publicado antes de meterme en el ingente mogollón de trabajo que supone hacer una obra larga, de otra forma seguramente no podría haberlo hecho o haberle dedicado unos cuantos meses en exclusiva, como hice para dibujar el oficinista, no por un tema económico sino más bien psicológico, a mi me funciona tener una meta, una línea de llegada marcada para aguantar el tirón.

Creo que no he leído ni una sóla crítica a tu libro desde que fue editado. Y a los elogios se añaden ahora nominaciones a grandes premios y más buenas críticas. ¿Qué se siente cuando todo el mundo (prensa y público) parecen no sólo haber entendido tu historia sino que la comparten y difunden con tanto entusiasmo real?
Es genial, especialmente lo que concierne a que la gente entienda tu rollo, porque los tebeos son comunicación también, y de que tú hagas tus idas de olla que tú sabes cómo funcionan, te hacen gracia y demás, a que un lector que no te conoce de nada lo entienda, le llegue y se sienta partícipe de la obra es yo creo la mayor satisfacción que puedes tener como autor. 
Paradójicamente, yo no me creía mucho esto de que uno se expresa a través del arte, o de los tebeos en este caso, pensaba en crear historias entretenidas y ya está, pero con el tiempo me he dado cuenta de que la creación es una forma de autoconocimiento y, a través de ello, de expresión y comunicación.
De ahí que lo que más feliz me hace de la acogida que está teniendo el oficinista es que la gente lo entienda porque es literalmente dialogar con el lector. Y si además, gusta tanto que lo difunden y lo recomiendan, eso es impagable.

¿Te planteaste seguir más páginas la historia del personaje o incluso recuperarlo en un futuro aunque le dieses la vuelta al formato?
Por un lado me lo planteo, porque la mecánica lo permite, pero por otro no quisiera romper la “magia” de la primera vez, de la sorpresa o de la individualidad del libro, así que finalmente no creo que lo haga y, en caso de hacerlo, es probable que fuera con un planteamiento o medio distinto.

¿Qué ventajas e inconvenientes encontraste en una estructura tan visualmente llamativa pero también tan complicada para mantener el interés del lector?
Digamos que en el pecado lleva la penitencia. El pecado es la parte divertida, la creación sin límites, la libertad en cuanto al contenido, y la penitencia el contrapunto, la rigidez formal, aunque una vez me habitué al formato y a la mecánica, lo asumí y lo compensé diviertiéndome en cada página, a pesar de que aquí y allá topaba con problemas formales, como no poder cambiar de plano en algún punto que fuera necesario o tener que dibujar absolutamente todos los fondos. Aunque me permití algunas libertades en este sentido, claro, también suponen puntos de descanso en la lectura que aportan frescura a la narración.

¿Dibujar diferente a los canones habituales es tu seña de identidad o una forma de demostrar que se puede ser innovador y tener cierto éxito? 
No quería demostrar nada a nadie que no fuera yo mismo, únicamente traté de encontrar un lenguaje visual, o un estilo, en el que me sintiera cómodo y reflejado, podría no haber funcionado perfectamente, claro, pero hay que lanzarse a la piscina y, en este sentido, creo que hacer algo personal es la mejor apuesta para conseguir que tu trabajo llegue a los demás, lo que ya constituye el éxito. Que luego se venda mucho o poco es un éxito de otra especie, también gratificante, pero no el objetivo principal.

¿Hasta que punto consideras importante el apoyo de tu editorial antes, durante y después de un proyecto como éste?
Total, es imprescindible, al abordar una obra larga necesitas respaldo moral e inyecciones de entusiasmo cada cierto tiempo, tanto a la hora de crear como después. El respaldo te lo dan tu familia, tus compañeros de estudio, tus amigos y sobre todo tu pareja, el de esas personas lo tienes seguro y es fundamental. Contar con el respaldo también de la editorial depende mucho de qué tipo de editorial sea, qué volumen de trabajo tenga o, en ocasiones, de quién seas. 
Cuando das con alguien que se implica tanto como tú mismo en el libro, tanto a nivel de trabajo como de entusiasmo, amor al medio y ganas de verlo terminado y, además, te dan total libertad para crearlo confiando en tí como autor desde el primer momento, tienes una tranquilidad tremenda y se genera un clima de confianza y trabajo que  redunda únicamente en el mejor de los resultados posibles. 

¿Las planchas originales son del mismo tamaño que la vistosa edición final o incluso más grandes?
Un pelín más grandes, dibujé cada media página ( 2 viñetas) en un A4 apaisado, lo que da un A3 ( 29,7x42 cm.) para cada plancha; así podía trabajar con comodidad y mantener la calidad de la línea en todos los detalles y elementos, a la vez que al ser sólo ligeramente más grande que la página final, tenía una idea bastante aproximada de cuánto podía detallar el dibujo sin que luego perdiese al reducirlo.

¿Cómo fue tu experiencia en Angoulême?
Muy bien, ya había estado anteriormente, con lo que ya estaba inmunizado para la sorpresa, pero ha sido un viaje mucho más agradable, ya que la primera vez fui un poco a lo loco y a desriñonarme, ahora he ido mucho más tranquilo, disfrutando más del viaje y la compañía.

Perdón por la pregunta obvia pero en tu caso particular, ¿qué lecturas y autores te han llevado a fundir tantas influencias en algo a la vez tan original?
¡Todo! Al final todo lo que haces es un compendio de aquello que te entusiasma,  de lo que aborreces, de lo que ves por la calle, de tus vivencias personales, de la música, del cine... A un nivel estilístico, me interesan mucho los dibujantes de línea clara y los más cartoon, sobre todo autores que utilizan la gráfica como lenguaje haciendo uso de todas sus posibilidades, pero también me gusta mucho lo expresivo y lo divertido con un punto macabro, o de humor negro, y aquí ya meto también la temática; suelo citar a Max, Gabi Beltrán, Dave Cooper, Toriyama, Joe Daly, Chris Ware, Geoff Darrow...gente muy dispar, y muchísimos otros que también me gustan, desde autores de superhéroes a autores de tiras cómicas. Trato de sacar un poco la esencia de aquellos puntos que más me llegan de esos autores y es como una bombillita más que se te enciende en la cabeza, haciendo todo un poquito más claro.

Leí y disfruté también de tu adaptación del relato de Ambrose Bierce para la revista "Chtulhu". ¿Te sientes más cómodo ilustrando en blanco y negro o en color o lo consideras exclusivamente algo que depende de la historia que cuentes?
Me siento cómodo en ambos registros, hay historias que piden color y otras que funcionan mejor en blanco y negro, es cuestión del tono de la misma o de lo que quieras transmitir, o bien de los requisitos de la publicación en cuestión, claro. 
Por ejemplo, “Lily & Pucha”, la serie que hago en la revista infantil FIZ, es menos colorista que “Aventuras de un oficinista japonés”, a pesar de ser para niños y que parece que pega más el colorín. En el caso de la adaptación de Bierce para “Cthulhu”, era necesario que fuese en blanco y negro, pero además, venía muy a tono con la historia.

¿Puedes desvelar ya qué es lo que ronda ahora tu tablero de dibujo?
Pues ahora mismo, más que en tablero de dibujo, en el iPod, y es “El gran Flaffy”, un minicómic con vocación de tira cómica (aunque no encaja en el formato) y de serie que saldrá para medios digitales dentro de poco con Altercómic. Tal vez después de este primer minicómic de diez páginas (divididas  en cinco historias de dos páginas) vengan más entregas, ojalá. Por otro lado, ideas, muchas, pero de momento están en proceso de criba mental, pero hay de todo, para cómic infantil, obras largas, obras muy largas y cosas raras. Y mientras tanto, estoy preparando algunas colaboraciones para diversos proyectos y centrándome en mi trabajo como ilustrador.

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