Definitivamente va tocando a su fin lo que significa dejarse veranear, para bien y para mal.
En mi caso la única buena conclusión ha sido poder leer entre mil contratiempos inevitables y situaciones absurdas al borde de una página de tebeo.
Muy poco queda para volver, archivado ya el bañador y disecadas las gafas de sol y las de bucear, en breve seguiremos siendo quienes soy: leo luego permitanme ustedes que deje constancia de libros, tebeos y cómics que, en nuestro interés común, pueden ser recomendaciones sanas aunque siempre particulares.
El lunes se promete duro.
Paciencia.
Y de nuevo bienvenido/a.
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