En nuestro número impreso de octubre dedicamos nuestro Rincón del Libro Ilustrado a una editorial que, desde su fundación en 2004 se ha convertido y consolidado como una referecia básica en la edición de obras ilustradas. Con un amplio catálogo infantil, juvenil y adulto, reconocer este logo en la portad o lomo de cualquier libro es símbolo de no equivocarse en la elección de libros de calidad. Y como sino fuese por los editores no podríamos disfrutar de la obra de muchos autores, nos pusimos en contacto con Fernando Diego García, Director Editorial de LIBROS DEL ZORRO ROJO, quien accedió amablemente a explicarnos desde dentro lo que podemos disfrutar desde fuera como lectores.
LH: El libro ilustrado no es algo nuevo en el mundo editorial pero en mi opinión LdZR han marcado una diferencia al conseguir en la mayor parte de proyectos aunar la obra de escritores de tanto renombre como talento y popularidad los artistas encargados de ilustrarlos. ¿Cómo surgen semejantes colaboraciones? ¿Son trabajos ya editados o desde LdZR se proponen algunas de las obras que al final podemos disfrutar?
LDZR: Normalmente los libros que editamos, sobre todo en el catálogo de jóvenes y adultos son proyectos propios. Después de definir la publicación de un título determinado, tratamos de encontrar al ilustrador que pueda estar en mejor sintonía con ese texto. Nuestro propósito no es meramente ilustrar las obras sino que el artista enriquezca el texto original con su propia interpretación.
Cuando se inició su andadura todavía no se hablaba demasiado de crisis, pero aún así el mundo editorial no es un desierto con tres o cuatro nombres sino cientos de pequeñas y grandes empresas dedicadas a los libros, ¿de dónde surge la idea y la necesidad de crear LdZR? ¿Para superar lo existente en el mercado? ¿De una necesidad artística de hacer algo diferente?
Cuando comenzamos a editar el proyecto no estaba completamente definido. Sabíamos que queríamos apostar fuertemente por desarrollos propios y especializarnos en la edición de obras ilustradas sin límite de edad. Para entonces, en España, casi nadie editaba obras ilustradas para adultos, o al menos no lo hacía a un precio asequible para el público acostumbrado a los precios de la narrativa. Desde el comienzo quisimos definir un patrón de trabajo de muchacalidad, tanto en relación a los textos escogidos como en relación a los artistas que trabajarían con ellos.
Con el auge de medios electrónicos para visualizar libros, ¿siguen confiando en que la calidad del papel y ediciones tan cuidadas sobrevivirán a la tecnologia?
La irrupción del libro digitalizado cuestiona el modelo de negocio de todas las editoriales y nos obligará, también a todos, a redefinir aspectos de nuestra actividad actual. Sin embargo, es ciertamente posible que libros que integran texto e ilustración en un soporte que es, además, materialmente atractivo (libro de regalo) siga conservando un nicho de mercado que a otros segmentos del mundo editorial les puede resultar más difícil conservar.
Desde un punto de vista práctico, como público me llama la atención el cuidado con que se editan todos sus libros. Pero a raíz de eso me llaman aún más la atención sus precios. Teniendo en cuenta que bestsellers en papel más barato se ponen a la venta por precios más altos, ¿resulta fácil mantener esa deferencia más hacia sus posibles compradores con los costes actuales?
No, no resulta fácil, pero nos interesa mantener el actual nivel de precios, no sólo porque en un contexto de retracción del consumo como el actual sería difícil pensar en aumentarlos, sino porque también pensamos en nuestros lectores residentes en América latina, a quienes nuestros libros, dada la actual cotización del euro, ya les resultan muy costosos.
En especial en sus libros para adultos, ¿cómo deciden la elección de títulos? Con tan obvia inclinación especial por los maestros del terrorclásicos (Poe, Lovecraft, Stoker, no falta ninguno) y contemporáneos (Edward Gorey), ¿qué podemos esperar después? ¿Qué nuevo autor clave?
Estamos ultimando la edición de una obra de Ambrose Bierce, “El monje y la hija del verdugo”, que publicaremos en marzo de 2011. Para estas Navidades, presentaremos nuevas obras de Edward Gorey y, aunque apartados del subgénero que mencionas, publicaremos “Rebelión en la granja” de George Orwell, ilustrado por Ralph Steadman.
En un país donde siempre se ha hablado y se ha dado más espacio al realismo puro, ¿vende más la literatura fantástica ilustrada que los textos de otro género?
Pues no me atrevo a generalizar, pero nuestra experiencia de ventas de libros de este género siempre ha sido buena.
Cuando elaboran sus planes editoriales anuales, ¿guardan un hueco a posibles proyectos de autores nobeles que les puedan llegar o el riesgo es demasiado elevado hoy en día para editar algo que no incluya nombres conocidos en la cubierta?
En lo que hace a la elección de los textos, al menos hasta ahora, siempre hemos buscado trabajar con obras que pueden considerarse clásicas, tanto en la literatura fantástica o de terror como en la narrativa hispanoamericana. En relación a la ilustración, aspiramos siempre a un trabajo de mucha calidad, lo cual no necesariamente tiene que ver con lo conocido que sea el ilustrador. "El horror de Dunwich" fue el primer libro que ilustró Santiago Caruso.
Entrevista realizada por Rolo
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