
Si te paras a pensar en el talento de los autores de cómic que
han hecho y siguen escribiendo la historia del medio, son mayoría los que,
afortunados en sus comienzos como parte de una pareja creativa, alcanzada
cierta madurez, se lanzan a la aventura de ser creadores completos como
guionistas y dibujantes de sus propias historias. Ese es el caso de Homs, un dibujante que, cuando le
descubres, te resulta imposible dejar de seguirle. En mi caso, y me consta en
el de muchos otros amantes del mejor cómic europeo, su revelación fue la
magnífica obra El Ángelus, con guion de Frank
Giroud, donde el trazo y arte de Homs
en un relato sobre obras de arte viajan más allá de tu retina y graban su
estilo como algo que volverás a buscar. Narrador gráfico de una claridad
cristalina, acompañado siempre de un color excepcional, volvió a deslumbrarnos
en la adaptación a cómic de las exitosas novelas de Millenium y su merecido
éxito comercial en la vecina Francia y después aquí con la serie Shi
(seis tomos editados por Norma hasta
la fecha con guiones de Zidrou), le
han consagrado como un nombre imprescindible del Noveno Arte hecho en Europa.

Curiosamente asociado a este momento de reconocimiento del
trabajo de
Homs,
El diablo y Coral nació, como nos explicó el propio
Homs en la entrevista que nos concedió en persona, de una obligada
pausa entre los diferentes ciclos de la obra
Shi:
“Este libro ha salido en medio de dos ciclos de Shi, del que nos quedaba el ciclo final. Para ello, Zidrou nos pidió un poco más de tiempo
para escribirlo, porque había que releer toda la serie, asegurarse de que todo
quede bien cerrado y demás. Así que la solución que encontramos para darle más
tiempo fue que yo me pusiera a hacer un one-shot, un tomo único, ya fuera con
guionista o fuera por mi parte. Con guionista era complicado porque todos los
guionistas están ocupados e incluso a quienes les hubiera gustado hacer algo,
siempre me decían: «yo te puedo escribir algo de aquí a seis meses». Y eso no
nos interesaba. De ahí surgió un poco la idea de escribirlo yo. Y de primeras
lo que me planteé fue buscar un sujeto del que poder tirar del hilo, que me
resultara interesante a mí y que le resultara interesante a mi editora, con la
que tengo mucha confianza y además coincido con su criterio”.

Y así se inició El diablo y Coral, una original obra
en la que los protagonistas son, por un lado, el mismísimo diablo, que deambula contra su
voluntad por la Checoslovaquia de finales de los años 30, incapaz de regresar
al infierno porque, por motivos que desconocemos, se encuentra atado a Coral,
una joven muchacha judía de habilidades excepcionales que cuida de su anciano
padre, el rabino Yehuda Loew, a
quien conocemos inválido y desvalido en una silla de ruedas por algo que
ocurrió en su reciente pasado. El viaje a todo lo que ocurrió hasta llegar a
tan inusual situación, junto al turbulento presente de la joven heroína, que
vive en primera persona la llegada e invasión nazi de las históricas calles de
Praga, nos llevará a lugares, momentos y situaciones increíbles donde las
leyendas que construyeron la ciudad salen al paso del asombroso cuento escrito
y dibujado por Homs. “Praga es una ciudad que, aparte de que me
encanta, es una ciudad muy de cuento y yo quería darle a esta historia un toque
de fábula, de cuento oscuro. Para eso Praga era el escenario ideal. Pero es que
aparte Praga tiene mucho vínculo con la figura del diablo, hay muchas leyendas
relacionadas con él. Como la del Golem o la de la construcción del puente de
Carlos, que yo la utilizo maquillada a mi manera. Una vez decidida Praga y
buscando un momento histórico para situar la acción, pensé que si el demonio
estaba desterrado del infierno, sería interesante buscar un momento de la
historia en que todo el mundo estuviera enloquecido. Como si de alguna manera
fuese evidente su influencia simplemente por respirar el mismo aire que
nosotros. Así hice que transcurriese durante la Segunda Guerra Mundial con un
personaje que además es judía. Así lo uní todo”.

“La historia se queda
sobre todo en la ciudad antigua, el barrio antiguo. Allí, prácticamente todo lo
que existe a día de hoy ya era de aquella época, aunque tuve que hacer una
búsqueda exhaustiva en cuanto a fechas. Pero esa parte de la ciudad es la que
me llevó a lugares como el cementerio judío, que es algo que aproveché una vez
decidí que el escenario sería Praga. Decidí utilizar la ciudad como decorado,
como ocurre con la escena en que los personajes están en lo alto de una de las
iglesias, hablando. Era un poco una excusa, porque podrían estar hablando en
cualquier lado. Pero si los ponía allí tenían vistas de la ciudad. Entonces
pensaba, ¿qué más me da hacerlos en un banco de un parque o aprovechar que
estamos en Praga y mostrar y lucir la ciudad? Sobre todo porque el demonio te
puede llevar además al punto que quieras. De ese modo use la ciudad para embellecer
la historia”.

En esta su primera incursión escribiendo los escenarios y
diálogos que nos han traído hasta
El diablo y Coral,
Homs introduce infinidad de pequeños
detalles que hacen del álbum un territorio verdaderamente confortable para
cualquier aficionado de la cultura popular en forma de referencias a películas como
El
Exorcista o
El séptimo sello, a otros cómics e incluso a obras de arte como
los cuadros de El Bosco.
“Decidir qué me
apetecía contar fue una decisión un poco personal. Y a donde fui en primer
lugar fue a los recuerdos que tenía yo como lector de joven. Son el tiempo nos
desgastamos y nada nos impresiona, pero cuando eres joven tienes esos impactos
que te calan y se quedan grabados a fuego. Todas esas referencias son de esa
época. Lo que quería era dar un poco esa sensación de maravilla que a veces
teníamos cuando íbamos al cine o cuando salíamos de ver una peli de Spielberg, que mezclaba mucho ritmo y
mucha acción, pero con puntos de fantasía. Todas las referencias son como
guiños al lector de mi generación. La de El
exorcista, sobre todo, tiene una función más narrativa, porque incluso el
color, el lenguaje que usa, la secuencia que evoca, directamente a nivel
narrativo también funciona. La capucha del diablo es como la capucha de la
muerte en El séptimo sello, que
también es una peli que en su momento me impactó mucho”.

Homs desborda
creatividad en estado puro junto a una versatilidad que, incluso acostumbrados
a su dibujo grandilocuente, nos desborda en un ejercicio donde cada página,
según avanza y crecen trama y acción, supera la anterior en ingenio, diversidad
y espectacularidad. Honestamente, hay viñetas a toda página a lo largo de
El diablo y Coral que no esperas y te dejan literalmente noqueado con un
continuo y ahora más difícil todavía.
“Una
de las ventajas de ser tú mismo quien escribe la historia –apunta
Homs al respecto-
es que puedes utilizar trucos narrativos que tienen que ver más con el
dibujo que con la escritura, porque tú manejas los dos terrenos al mismo
tiempo. Esto es algo que me apetecía explorar un poco, sin hacer una cosa excesivamente
experimental, pero sí jugar con aspectos de la narrativa. Sobre los diferentes ambientes
y los colores es algo que es intrínseco a mí. No me doy mucha cuenta de ello,
me sale casi natural y me gusta hacerlo. Para este libro, al principio quería
hacer algo de fantasía épica, algo de espada y brujería. Pero una vez que me
vinieron a la cabeza los dos personajes, meter al diablo en un mundo ya
fantástico le hacía perder fuerza, porque ya todo es fantástico. Por eso decidí
al final meterlo en un entorno realista, incluso histórico, y desquitarme un
poco con otras escenas”. Escenas y dantescos paisajes que, sin desvelarte
sorpresas, te recomendamos descubrir dejándote caer sin duda en este libro.

Con la intensidad que desprenden cada viñeta, cada
personaje, cada escenario real o imaginario, sorprende aunque resulta
comprensible en estos tiempos que el autor haya realizado los vivaces dibujos
de
El diablo y Coral completamente en digital.
“Con el digital la ventaja es el tiempo –apunta el autor-
. El inconveniente, que no tienes originales
y que a mí el tocar papel es algo que todavía disfruto. Pero claro, este libro,
que intentaba hacerlo rápido, para luego volver a Shi me hizo decidir. Me dije: bueno, voy a hacerlo esta vez en
digital, no lo he hecho nunca, probaré y a ver si realmente voy más rápido,
porque yo el dibujo y la manera de pintar en digital, lo hago igual que con
métodos tradicionales. No uso demasiados trucos del software salvo los ajustes
con los que mueves unos parámetros y te cambia toda una página. En ese sentido
es más práctico. Y luego el hecho de que con el iPad puedes dibujar todo el
tiempo, hasta cuando vas en tren, mientras que con el tradicional no”.

La relación entre los personajes protagonistas son como las
caras diferentes de una moneda pero
Homs
no recurre al drama fácil llevando sus posturas a los extremos. Al contrario, a
lo largo del libro acabamos entendiendo y compartiendo las decisiones de la
luminosa Coral casi tanto como el retorcido juego de un demonio indudablemente
fiel a su naturaleza pero no muy diferente de los muchos humanos mezquinos que
desfilan también a lo largo de
El diablo y Coral.
“Mi idea era no hacer un diablo
excesivamente terrible –corrobora
Homs-
, sino más como una especie de sátiro. Por
dos motivos. Uno: un diablo excesivamente detestable no iba a resultar creíble
en este juego que llevan los dos personajes de engañarse mutuamente, porque tú
necesitas parecer cercano para lograr engañar a alguien. Por eso no me servía
un diablo violento, terrible, malvado al cien por cien. Necesitaba más bien esa
zona gris entre el bien y el mal, precisamente para que Coral pudiera caer en su trampa. Dos: también me divertía un poco
jugar con el lector y no poner las cosas fáciles en el sentido de, claro, yo
empatizo con Coral porque el diablo
es muy malo. Me gustaba pensar que al final de la obra llegues incluso a sentir
simpatía por los dos e incluso no supieras por quién decantarte”.
SOBRE EL AUTOR

Homs es el apellido con el que el autor
barcelonés Josep Homs firma sus
trabajos. Es un artista hecho a sí mismo, que estudió dibujo en la Escuela Joso y pronto empezó a ascender
profesionalmente en el ámbito del cómic. Ha trabajado para editoriales
estadounidenses de la talla de Marvel,
pero también para editores europeos como Dupuis.
En los Estados Unidos, ha dibujado, en colaboración con el guionista Christopher Hinz, en la serie Blade.
También ha ilustrado cómics del oeste para Marvel
(Marvel
Westerns) y la serie Red Sonja, con Frank Cho y Doug Murray
como escritores. Ha publicado además en la revista Heavy Metal y en las
antologías españolas Barcelona TM y Revolution Complex. Los
increíbles dibujos de El Ángelus la convierten en una de
las mejores obras publicadas en Europa en los últimos años. En colaboración con
Sylvain Runberg, desarrolla a
continuación una adaptación al cómic de la exitosa serie de novelas de Stieg Larsson Millennium, lanzada en
seis partes por Dupuis. También ha
dibujado la exitosa serie de Shi, guionizada por Zidrou. Su último trabajo es El
diablo y Coral, su primera obra como autor completo.
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