VILBOR & MONTALBÁ
EDICIONES LA CÚPULA
Se nota que Vicente Montalbá es ilustrador y dibujante, pero también un gran diseñador gráfico que ha sabido, de entrada, que resulte imposible no quedarse con la portada con la cara de Khanis Fhou, protagonista absoluto de esta gran y más que sorprendente novela gráfica. Porque lo que viene después supera incluso a tan acertado anzuelo en cualquier librería o tienda de cómics que se precie.
EDICIONES LA CÚPULA
Se nota que Vicente Montalbá es ilustrador y dibujante, pero también un gran diseñador gráfico que ha sabido, de entrada, que resulte imposible no quedarse con la portada con la cara de Khanis Fhou, protagonista absoluto de esta gran y más que sorprendente novela gráfica. Porque lo que viene después supera incluso a tan acertado anzuelo en cualquier librería o tienda de cómics que se precie.
Personalmente reconozco que la presentación del cómic, apelando al "relato de un héroe crepuscular, de un guerrero que fue grande una vez, pero que enterró su grandeza en alcohol, errores y excusas baratas", no me cabe duda que la curiosidad pasa a querer hojear el interior con ávidez. Pero si además se nos añade que esta es una obra "ambientada en un mundo medieval en guerra, en descomposición, (...) una historia sobre la derrota y el dolor, sobre la pérdida y la imborrable huella del recuerdo", creo y espero que pasar por caja debiera ser lo siguiente. Y es que la existencia todavía de reediciones e incluso alguna que otra nueva línea editorial que mantienen el nombre de Conan entre sus títulos evidencia la enorme cantidad de aficionados a una forma de entender los cómics de espada y brujería bastante particular; es decir: con un formato adulto para quienes nos curtimos leyendo muchas buenas páginas en blanco y negro de grandes autores dedicados a guerreros indómitos. Como fan del género, "Carroñero" va un paso más allá de ese entretenimiento inherente al estilo. Sólo puedo definir correctamente a este libro como "pequeña obra maestra". Primero porque no recuerdo páginas iguales publicadas antes en nuestro país por autores nacionales (o no con una historia y personaje "serios"). Segundo porque la imaginación de Ricardo Vilbor recreando todo un mundo en guerra, con dioses, mapas, lugares y tragedias propias en algo más de 130 páginas es digno de elogio. Y tercero porque hacía tiempo que no disfrutaba tanto del dibujo en un cómic de aquí como con las líneas de Vicente Montalbá, al que se define perfectamente en el prólogo a la obra como "hijo bastardo de Robert Crumb al tiempo que hijo putativo de Francisco Ibáñez". No se puede afinar más y aún así quedarse incluso corto. Y es que, aparte de dar vida palpable al universo detallista de Vilbor, Montalbá posee un rico estilo único capaz de dotar de movimiento y agilidad a unos dibujos que podrían pasar por su trabajo y detalle por ilustraciones de libro.
¿Lo demás? Un despliegue imparable de acción y aventuras perfectamente medidas que te obligan a quedarte pegado de principio a fin a un despliegue de viñetas espectacular, como cuando disfrutabas de las mejores aventuras de héroes no más grandes que Khanis Fhou. Un cómic entretenido y de una calidad gráfica portentosa. Sólo puedo concluir diciendo que si ahora tengo que dejaros es para poder releer los mejores momentos, batallas y peleas de un libro que recomiendo a todo aficionado al género de espada y brujería.
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