MIKE MIGNOLA / JOHN ARCUDI / TYLER CROOK / JAMES HARREN / DAVE STEWART
A la espera de que vuelva directamente el gran héroe creado por Mignola en su esperado viaje al Infierno, Norma nos sigue amenizando los meses con las series igualmente salidas de su mente y que, a día de hoy, han pasado de ser dignos recuerdos de un mundo propio a entidades completas con argumentos y autores tan básicos como los de las aventuras del gran demonio rojo. De hecho la AIDP (Agencia de Investigación Defensa Paranormal) continúa con el arco argumental “El infierno en la tierra” con dos nuevas historias: “El motor del diablo”, dibujada por el efectista Tyler Crook y “La larga muerte”, dibujada por el aún más impresionante James Harren (hasta sus propios compañeros de relato alucinaron con la forma de Harren de ilustrar peleas entre monstruos). Con guión de Mignola y su ya habitual asociado John Arcudi, la acción del primer relato tiene como protagonista al agente Andrew Devon tratando de llevar a un joven con supuestos poderes psíquicos al cuartel general de la AIDP, hasta que un ingenio como no habían visto se cruza en su camino. En el segundo relato, Johann se ve involucrado en tratar de detener el terror desatado en la Columbia británica dado que Abe Sapien sigue en coma. El broche de oro: los irrepetibles colores de Dave Stewart en ambas obras.
MIKE MIGNOLA / JOHN ARCUDI / TONCI ZONJIC / DAVE STEWART
Y por si la acción sin freno posible de la AIDP no fuese suficiente, Mignola ha desgranado en un segundo tomo las elegantes aunque también sobrenaturales aventuras de otro de sus personajes con serie propia como es Bogavante Johnson, a quien descubrimos en “El Prometeo de Hierro” y a quien retomamos, bajo la tutela argumental de Mignola, nuevamente con John Arcudi bajo el deslumbrante prisma del artista Tonji Zonjiz a los lápices y siempre Dave Stewart dando ese color que identifica ya tan claramente toda serie salida del universo de Hellboy.
Serie con un tono que recuerda los tebeos de superhéroes en sus epocas doradas y plateadas, Bogavante Johnson se muestra tan implacable como vigilante como efectivo y frío, reuniendo a todo un grupo de luchadores por la justicia que se enfrentan en este caso al clan mafioso de turno en plena época de la Ley Seca, dándole al relato gráfico una visión completamente negra en la que el dibujo de Zonjic cincela rasgos tan cuadrados como los del género policiaco al que homenajea. Aunque por supuesto pronto llegará a la ciudad el toque necesariamente sobrenatural fantástico al que Bogavante Johnson y los suyos deben enfrentarse. Un relato de innato corte clásico que, no obstante, engancha como todas y cada una de las historias firmadas por Mignola.
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