Creadores de tantas mitologías propias y héroes enfundados en trajes de toda clase, Japón y sus creadores, tanto en manga como en anime, llevan décadas dándonos lecciones de originalidad. De hecho la invasión cultural que solemos percibir, ver y aceptar como indudablemente interesante, es la de los productos de ocio japoneses en nuestra anciana cultura y valores occidentales. Sólo hay que asomarse a cualquier Salón del Cómic actual aquí o en cualquier otro país del mundo para darnos cuenta de hasta donde han podido llegar los trazos dibujados con rasgos orientales. Por eso es doblemente curioso ver, por una vez, lo contrario: occidente influyendo en el devenir de las páginas de un manga. Y qué mejor y más vistosa forma de hacerlo que asistiendo al enorme evento que supone la colaboración de un gigante mediático como DC, propietarios de tantos iconos universales, con una publicación y artista de manga. Pues eso es lo que ha pasado en este integral que venimos a recomendaros hoy: Batman y la Liga de la Justicia, iluminado por la destreza de la mangaka Shiroi Teshirogi.
Obviamente
tocado por el éxito de los mitos populares y, sobre todo, audiovisuales, Japón
ha aceptado desde hace algún tiempo la llegada de héroes de otra cultura tan
distinta a la suya. ECC Ediciones lleva
un tiempo haciéndose eco de colaboraciones tan interesantes como la que ha
llevado a trabajar juntos a DC
Comics con Kōdansha (una
de las editoriales japonesas más grandes que produce revistas de manga
como Nakayoshi, Gekkan Afternoon, Evening, Shūkan
Shōnen Magazine y Bessatsu
Shōnen Magazine), traducido en al menos tres títulos de tres volúmenes cada uno
donde se han recogido historias de personajes del universo superheroico
de DC. Para
empezar, los mismos autores que se encargaron de modernizar en manga al mítico Ultraman, Eiichi Shimizu y Tomohiro Shimoguchi se encargaron de
ilustrar a un Hombre Murciélago ultratecnológico
en Batman: Justice Buster. Con
un sabor más indudablemente nipón en lo arriesgado e hilarante de su
propuesta, Satoshi Miyagawa y Keisuke Gotō se plantean en One Operation Joker qué pasaría si el Joker lanzara a Batman a una cuba de productos químicos…
transformándolo en un bebé. Por último, en Superman vs. La comida japonesa Satoshi Miyagawa y el arte de Kai Kitagō nos ilustran en esta serie humorística
que se engloba en ese subgénero tan popular como es el manga culinario, nos ayudan a visionar
como Clark aprovecha
su hipervelocidad para volar hasta Japón en sus pausas para almorzar y comer en
restaurantes sencillos, tiendas de 24 horas y hasta volviendo con comida para
llevar para la Liga de la Justicia.
Pero
volviendo a Batman y la Liga de la Justicia, donde
el enfoque es mucho más «clásico» por parte de Shiori Teshirogi, asistimos a un completo
y glorioso espectáculo en una épica aventura autoconclusiva oficial con
personajes de DC tratados
con sumo respeto en su conversión a esos rasgos orientales que hacen que los
aficionados al manga prefieran
a veces la forma de contar historias de los japoneses. Teshirogi, que logró su
reconocimiento en su país dando forma a la precuela de un personaje tan
conocido y vital allí como Saint
Seya, adapta ambos mundos a una original visión en un enorme
integral de nada menos que 792
páginas.
La
excusa para ir presentando a todos los personajes llevándolos a los arquetipos
japoneses, incluso si la aventura comienza en Gotham City, recuerda a la propia historia clásica del
primer héroe al que encontramos: Rui
Aramiya es un misterioso adolescente japonés que viaja a un Gotham City asolado por el crimen, empeñado en
encontrar a sus padres desaparecidos en esa misma ciudad. La presentación del
justiciero local no se hará esperar, pero tampoco la del supervillano de turno,
y así Batman y un
retorcido Joker dispuesto
a arrasar con todo el planeta nos sirven de aperitivo a una historia repleta a
partes iguales de enigmas y de muchísima acción (algo que ocurre casi desde las
primeras páginas).
Shiori Teshirogi teje un guión introduciendo
elementos también fantásticos con un toque oriental indiscutiblemente exótico.
Y es que el malévolo plan del Joker se basa
en el concepto de las «líneas ley»: corrientes de energía que recorren el
planeta conteniendo la información vital de todos los seres de la Tierra. Para
acercarse a esas líneas de ley, el Joker necesitará
de entidades místicas venidas precisamente del país del sol naciente, y una de
ellas resulta estar relacionada con Rui. Por
suerte, Superman es
capaz de percibir esas mismas energías de las líneas ley y, confirmando que una
de ellas pasa justo debajo de Gotham y que
ha suscitado el interés de su propio nemésis, es decir, de Lex Luthor, decide intervenir provocando un imparable
efecto en cadena que acabará por involucrar a toda la Liga de la Justicia, empezando por él para
incluir al propio Batman,
a Wonder Woman,
a Aquaman y
también a Flash,
además de muchos otros personajes clave a los que vamos descubriendo a menudo
que avanza la historia y se complica la trama.
Por
propia experiencia, como padre de dos lectores incansables de manga, cualquier fenómeno que se base en los lectores necesita un
relevo generacional y, hoy en día, la mayoría de jóvenes desconocen incluso lo
que es una «grapa», de modo que la jugada a dos bandas de DC por un lado y de las editoriales japonesas por
otro podría ser una gran idea para llamar la atención de nuevos lectores por
esos héroes que llevan casi cien años proporcionándonos entretenimiento sin
pausa. De modo que si, por un lado, la invasión nipona está aquí para quedarse,
en las estanterías de cientos de novedades manga semanales ese hueco ocupado por versiones
superheroicas de ojos rasgados podría despertar la curiosidad hacia fenómenos
como Batman o Superman. Lo que es evidente es que la elección de
autora no podía haber sido más acertada. Shiori
Teshirogi nos ofrece un producto muy entretenido, teñido del
indudable dinamismo no sólo de la estética manga, visual y temáticamente, sino de la forma de contar las cosas y
retratar la acción habitual de este género. Y aunque ella misma reconoce que le
hubiese gustado pararse a describir y dibujar muchas más situaciones de
personajes por los que siente cariño y respeto, lo que nos ofrece es un
producto que gustará a ambas partes: al lector de manga y al de las historias de superhéroes. Ambas aficiones encontrarán en esta cuidada
y manejable edición integral una
forma diferente, original y atractiva de afrontar todo lo que sabíamos de este
vasto universo, con el atractivo de los añadidos de una experta en reconstruir
mundos previamente imaginados. Merece la pena que le des una oportunidad. No te
defraudará.
SOBRE LA AUTORA
SHIORI TESHIROGI
Nacida
en Ishinomaki, Miyagi, Japón, el 13 de Abril de 1978, esta mangaka se inició en los
géneros shoujo y josei, siendo su primer comic publicado Enix, de 1997. Pero el mayor impulso a su carrera
lo recibió en 2003, cuando coincidió con el famoso creador Masami Kurumada, quien la recomendó a la
editorial Akita Shoten para
que dibujase The Lost Canvas, una
precuela del famoso manga Saint
Seya de ese autor. Y tuvo tal éxito esa derivación, que estando
proyectada para durar solamente dos volúmenes, se convirtió en una serie
de 25 volúmenes. En
2016 colaboró con Megumu Okada, Yun Kōga y Chimaki Kuori en la
novela spin-off Saint Seiya: Golden Age, publicada para celebrar
el 30º aniversario de Saint Seiya.